Capítulo 1: Vivir…¿Es igual a estar vivo?
Vivir…¿Qué es
vivir? Si acaso una oportunidad para los del infierno y un castigo para los
habitantes del cielo-.Dijo Zaby mientras escapaba en sus pensamientos de su
tortuosa realidad.
1,2 y 3 a las
7 de la mañana. 4 y 5 a las 3 de la tarde… Es mas fácil contar los días de la
semana que faltan para saber cuando llegará el fin de semana en vez de no
preocuparte por que día es. Es mas fácil sobrellevar la carga del trabajo
mientras cuentas las horas que faltan para llegar a tu hogar en vez de
simplemente no mirar el reloj.
1,2 y 3 a las
7 de la mañana. 4 y 5 a las 3 de la tarde…¿Cuándo será que dejaré de contar?--
Se preguntó la chica mas joven de ese horrible lugar.--¡Ya párate
basura!--Gritó con todas sus fuerzas una chica de pelo rosa y corto llamada
Eloísa--¿Qué no ves que te estoy hablando?--Dijo esta vez mas calmada pero
golpeando sin piedad el rostro de la peliazul que ya no tenía ganas de mejorar
nada de deplorable situación.
Tal vez si la
hacemos comer gusanos como la otra vez sea capaz de decir algo--Dijo una chica
de pelo blanco como la nieve y de pecas que adornaban su pálido rostro.--
¡Oh!--Dijo queriendo llamar la atención.-Puede ser que esté pensando en el
momento en que el profesor la saque de la clase y le meta su asqueroso miembro
en la boca-.habló riendo descaradamente.
Zaby trató de
decir algo, pero habían sido tantas las veces en que hizo y dijo para cambiar
su situación, sin embargo, siempre era lo mismo, es como una guerra en cuerpo y
alma por luchar por su libertad, pero era inútil cuando solo estaba peleando
ella sola para ser libre…
Todo un día
pasó. Zaby tuvo que pasar por el amargo sentimiento de ser humillada y sacada
de la clase por el Señor Moobd y soportar sus abusos y maltratos como de
costumbre.--Que asco.--Musitó Zaby mientras limpiaba la sangre y el pegajoso
líquido blanco de su boca sin ninguna emoción en su rostro. Zaby ya sabía lo
que venía después, pues la terrible directora y hermana de su profesor la había
mandado a llamar todos los días como de costumbre para decirle que su
rendimiento escolar era pésimo y que si no se dejaba golpear por su mano la iba
a echar a patadas de su "hogar" pues en 18 años que Zaby estuvo ahí
nunca fue adoptada, y no iba a permitir que una vagabunda que había sacado de
la desgracia también fuera una inútil.
¿Pero cómo iba
Zaby a ser la mejor si ni siquiera se esforzaba por vivir?
-¡Eres una
imbécil!- Dijo la señora Moobd mientras golpeaba a la peliazul con una correa
de cuero.
-Te dejaré
encerrada aquí y no saldrás en dentro de dos días- Dijo la señora rubia
mientras encerraba a la pobre chica en un armario que quedaba en su
oficina.-Veremos si así aprendes algo.-Susurró luego de poner el candado a ese
viejo armario que Zaby bien conocía.
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Al cabo de dos
horas Zaby despertó muerta de frío, pues para que el castigo fuera peor, la
directora apagaba la calefacción que era el único amigo de Zaby, puesto a que
estaban en vísperas de navidad y el frío que hacía era asesino.
-Puedo
soportar lo que sea pero este frío es muy incómodo- Dijo la chica mientras se
sobaba los brazos. De repente se escuchó como si el candado del armario era
forcejado. ¿Quién sería capaz de ir a ayudarla?
-¿Hola?- Dijo
la chica de ojos azules mientras veía con asombro a un chico algo ordinario de
pelo rojo y algo largo.-¿Por qué hiciste eso?-Preguntó la chica mientras salía
del armario.
-L-losiento yo
no quería hacerte sentir incómoda- Respondió el tímido pelirojo mientras
caminaba de espacio para salir cuando la peli azul lo detuvo agarrándolo del
brazo y mirándolo detenidamente.-No importa, muchas gracias.-Dijo Zaby casi con
una…¿sonrisa?
-Supongo que
era lo correcto.-Musitó con timidez, pues nunca pensó que tendría una
"conversación" con aquella niña que vio como abusaban desde que
empezó a trabajar ahí.
-Eres el
conserje ¿No?-Preguntó con intriga aquella chica.-Si, desde hace un
año.-Respondió el joven.-Siempre pensé que eras muy joven para estar aquí
trabajando.-Replicó Zaby con intenciones de una respuesta clara.
-No te
confundas, tengo 19.-Dijo con alarde pues siempre le dijeron que se veía joven
para su edad.- igual, nadie en mi familia puede tenerme porque…Todos están
muertos-Dijo con una mirada fría y algo dolorosa por los recuerdos.-Ellos le
debían dinero a la directora la cual los engañó y como no pagaron todos
murieron un "accidente" quedando solo yo, el hijo del medio con la
responsabilidad de pagar por mis padres, así convirtiéndome en esclavo de esa
bruja.-Dijo con molestia y una risa sarcástica al final.
-Vaya, parece
que la bruja no solo le gusta golpear niñas, sino también extorsionar familias
y maltratar niños.-Dijo Zaby algo "sorprendida" pues creyó que la
directora solo se limitaba a ser una hija de puta dentro de la escuela, pero
resulta que no.
-¿No te da
curiosidad este lugar?-Preguntó el peli rojo.-Esta es la oficina de la bruja,
tal vez aquí puedas encontrar algo para escapar.-Dijo con intenciones de
ayudar.-La verdad ya lo he intentado y la única forma de escapar es matando a
todos.-Dijo Zaby de forma sarcástica haciendo reír por lo bajo al peli rojo.
-¿Sabes? Antes
de que la directora se volviera una enemiga mortal solía venir a este lugar con
mi hermano por negocios de mi padre.-Dijo el pelirojo algo nostálgico.-Ella nos
dejaba en la biblioteca donde habían muchos libros extraños. Pensarías que por ser
directora ahí solo tendría libros de educación, anuarios o cosas relacionadas a
lo escolar, pero había un libro en particular que me encantaba leer con mi
hermano.-Dijo el peli rojo caminando hacia aquella sección.-¡Aquí está!-Dijo
con emoción.
-Sigue igual
que siempre.-Dijo Asombrado.
El pelirojo
caminó hacia Zaby con un llamativo libro de color rojo sangre y con los bordes
dorados que tenía por título "Los rubíes de Hwako".
-Wow, si que
es sorprendente que una vieja como esa tenga una historia para niños en un
libro tan llamativo.-Dijo Zaby mientras abría el libro para leerlo.-Al parecer
es una historia japonesa.-Dijo cuando se fijó en el nombre.
Los Rubíes de Hwako
Había una vez un pequeño niño llamado Hwako. El era
hermoso como el atardecer, pues tenía un pelo rojizo como el fuego y unos ojos
que parecían rubíes. Hwako en su adolescencia era el joven mas codiciado por
los padres de hijas nobles, pues aparte de que era un joven bien visto y muy
educado, Hwako pertenecía a una de las familias mas ricas de su ciudad. Lo que
Hwako no sabía era que ser codiciado le traería tantos problemas, pues una
chica de otra familia noble estaba profundamente enamorada de Hwako.
"Su melodiosa voz que viaja a través de mis
oídos y hace palpitar con fuerza mi débil corazón. Su pelo largo y rojizo que
refleja las llamas que se encienden en mi cada vez que lo veo. Sus ojos de rubí
cual piedra preciosa me hace desear que fueran mi tesoro mas preciado. Sus
labios rosados y su cuerpo fuerte e imponente demostrando la delicadeza que
puede haber en un hombre tan robusto."
Esas eran la palabras que Snow, la chica obsesionada
con Hwako escribía.
Un mal día, Snow vio a Hwako regalarle una rosa roja
a la chica de la panadería de su pueblo. El corazón de Snow se rompió en
pedazos, pues pensó que Hwako jamás estaría con ella.
-¿Dónde estoy?-Preguntó Hwako confundido y amarrado a
una silla-¿Snow?
-Mi querido y amado Hwako, quiero que sepas que mi
intención nunca fue hacerte daño, pero…¡Verdaderamente te amo!
Por eso haré que cada parte de ti sea completamente
mía. Serás mi mayor
tesoro
Así dijo Snow para luego con una cuchara sacarle los
ojos a Hwako. Los ojos de Hwako eran separados de su cuerpo en un acto cruel de
celos, Hwako sentía cada cosa que se le despegaba y la sangre correr por sus
cachetes. El peli rojo gritaba de dolor y pedía ayuda, pero Snow sabía que nada
de eso pasaría ¡pues estaban en medio de la nada!
P-por q-q-qué…? -Dijo Hwako sollozando
¡PORQUE TE AMO Y NO VOY A PERMITIR QUE TE QUEDES CON
ALGUIEN QUE NO SEA YO!- Dijo la chica ya alterada.
En un intento desesperado de escapar Hwako se soltó
la mano y golpeó a la chica en la pierna con lo que parecía ser un pedazo de
madera la cual se rompió convirtiéndose en algo filoso. La chica quedó
adolorida mientras Hwako la amenazó con matarla si no lo sacaba de allí…Y la
chica lo apuñaló en el estómago.
Hwako cayó en sus piernas sintiendo como se
desangraba lentamente a causa del cuchillo de plata que usó aquella chica para
acabar con su prospera pero corta vida.-Esto es por tu bien.-Dijo Snow con
lágrimas en los ojos, pues estaba viendo como perdía al amor de su vida.
"S-s-sab-bes Snow…y-yo solo t-te a-amaba a
t-ti" Fueron las últimas palabras de Hwako.
Snow de inmediato dejó de llorar, estaba en shock.
Snow solo pensaba en que haría, ¿Qué había hecho? Ella sentía que era inocente,
pues solo actuó por amor ¿Verdad?
Snow venía de una familia donde practicaban rituales
y hacían trabajo buenos y malos con magia, así que ideó una forma para traer
"de vuelta" a Hwako. El mismo cuchillo de plata que estaba con la
sangre de ambos fue utilizado para hacer el circulo donde puso pelo de Hwako,
sus ojos y su corazón al lado de otro circulo donde estaba su cuerpo y recitó
las siguientes palabras:
"Como el rojo de tu pelo y el rojo de tu
corazón, tus rubíes serán la ayuda que necesitas para ver el camino devuelta a
la vida. Tu corazón será el motor que encenderá de nuevo la maquina de tu
existencia, y mi sangre es la ofrenda en modo de perdón por ser quien apagara
el brillo de tus ojos".
El cuerpo de Hwako se movió pero…Oh, ese no era el
dulce Hwako. El cuerpo del chico se empezó a derretir para que luego se formara
una figura cansada y sin vida del color de la carne podrida y con un aspecto
sin duda terrorífico.-No trajiste al dulce Hwako de vuelta, solo trajiste a la
vida su rencor y odio y eso te saldrá caro.-Dijo una voz que se disipó cuando
Hwako ahora en su forma terrorífica dijo: "¿Serán estos mis ojos?"
Antes de acercarse a Snow y arrancarle los ojos.
La chica cayó adolorida suplicando para que la dejara
salir con vida, pero fue en vano. La criatura era completamente hostil y solo
tenía sed de venganza.
El demonio iba por las noches en las ciudades
buscando a alguien que tuviera sus ojos para el poder ser libre, pero solo
provocaba muertes sin cesar haciendo que aquellas calles nobles que algún día
fueron seguras y hermosas, se convirtieran en el escenario de asesinatos
desastrosos. El padre de Snow era el jefe de la familia, y, a sabiendas de las
atrocidades cometidas por su hija, hizo un pacto con el demonio, le dijo que si
le daba los ojos de 3 almas corrompidas este tendría que sellarse y la única forma
de volver a invocarlo sería sacándole los ojos a un alma pura con un cuchillo
de plata y hacer el ritual que Snow había hecho solo para el.
El demonio aceptó y desde ese día se dice que si
tienes suficiente rencor y sed de venganza en tu corazón e invocas a Hwako,
este te ayudará, pero a cambio deberás darle tus ojos y los ojos de las
personas que te hicieron daño.
FIN
-Si que fue
una historia macabra.-Dijo Zaby algo intrigada.
-Oye,
yyy…..¿Qué tal si intentamos invocar a Hwako?