Odio por cada migaja de amor tirada en el suelo de la alcoba
No él de querer sus migajas
Pues no he de ser un ratón
Pero no puedo dejar de engullirlas
¿Por que quien además de ti alimentaría a una rata como yo?
Apuesto a mi cola machucada a que nunca has lamido la superficie de tu mesa
A mis ojos viscos y perdidos, con la vista borrosa
A mi pellejo leproso que tiembla con miradas ajenas
A mi sonrisa de perlas amarillentas y risa extraña.
Porque
Un festín como los de navidad, aquellos que sirven en grandes e interminables mesas de aserrín comprimida, con manteles de plástico, el cenicero como centro de mesa y botellas de vidrio de mezcal hasta el borde
Hasta el borde...
hasta el borde del sueño y la locura
lameré las gotas que caen del mantel para probar tu elixir e me ahogare en el humo como si fuera incienso
Esos festines son solo para ti
Para ti que duermes con el estómago lleno y no sufre de la agonía del abandono.
Soledad trágica, llena de odio
Pero yo me deslizo entre las paredes y el silencio de tu casa.
Corro con el corazón acelerado, por miedo a ser encontrado
Por miedo a ser juzgado por tus ojos
y dictes tu desagrado y asco a mi presencia e existencia
Corro desesperada por las sobras que dejaste en la alacena
Morderé y roeré la madera que me impide alcanzar a mi insulso premio
Para después tragar con furia y despecho como si aquellas menudencias fueran mis pecados.
Trago hasta la intoxicación como un desesperado intento de llenar a mi propia alma
Mi alma hambrienta
Hambrienta del pecado
hambrienta de milagros
Hambrienta de cualquier cosa que me hiciera sentir llena e plena
Mi estomago gruñe incluso si ya vomite mis viseras
Por que ellas han de ocupar el lugar donde guardan mis migajas
Por que no soy un ratón
Si no una rata
Soy una rata negra envenenada de melancolía y al borde del suicidio, con los ojos rojos de llorar.
Llorar porque me muero de hambre
Hambre de algo más que las migajas en la trampa de ratones
Hambre de ansiosas caricias
Hambre de intensas miradas
Hambre de besos violentos
hambre de ti
Pero quien amaría a una rata negra
Espero ser encontrado muerto en una trampa.
Envenenado con las migajas de tu festín
Atrapado, pegado en la miel hasta tu golpe de gracia.
Eso es lo único que ruego de ti.
Un poco de tu gracia
Un poco de tu compasión